viernes, 25 de marzo de 2011

Un buen productor - parte I

El título de productor puede ser seductor para mucha gente. Hay algunas personas que darían lo que no tienen por ver su nombre subir con el título de Productor Ejecutivo en los créditos de una película o de un programa de televisión . Pero, ¿qué se requiere verdaderamente para ser productor? ¿Poner el dinero para que la producción se realice? Sí, pero eso no lo es todo. Es un componente importantísimo, sin duda, pero hay mucho más detrás del título.

En primer lugar, un buen productor tiene que sentir pasión por lo que hace. Tiene que vivir, soñar y respirar la producción. El proceso de producir es uno creativo que produce un “rush” de adrenalina que no es fácil de explicar. Menos mal que es así porque este camino no es fácil, hay mucha competencia y frustración envuelta en esta profesión. Como en todo, la persona que desee producir se debe preguntar cuáles son las razones que la motivan a querer ser productor. Si éstas son puramente por dinero o por reconocimiento, entonces está en el negocio equivocado. ¡La producción no es tan glamorosa como se piensa!

La honestidad, la integridad y la transparencia son virtudes que deben describir a un buen productor. Su reputación debe mantenerse intacta a lo largo de su carrera. Estas características le permiten al productor evaluar objetivamente una idea propuesta, una interpretación musical, un programa de TV, un baile, un libreto, una puesta en escena, un performance, etc.. También le permite mantener buenas relaciones con las personas con quien interactúa, sean artistas, técnicos, inversionistas, clientes o el público.

El productor necesita ser diplomático porque si tiene éxito, tendrá que negociar contratos grandes y pequeños, con artistas, estaciones de TV o radio, con agencias de publicidad, inversionistas y personal de producción. Siempre que haya una negociación de por medio, la diplomacia es esencial para obtener el resultado deseado.

El productor debe tener un sentido innato de negocios. No tiene que ser un experto, pero sí debe tener el pulso. Hoy día también tiene que saber de tecnología y entender cómo su integración mejora su producto y lo pone al alcance de más gente. La tecnología se hace cada vez más esencial para mantenerse relevante en el mundo de la producción.

Un buen productor, aunque esté produciendo noticias o infomercials, debe tener desarrollado un sentido artístico y un sentido de estética. A la vez, debe tener un ojo para reconocer las tendencias contemporáneas en el diseño y la música. Si no, se corre el riesgo de quedarse atrás.

Un buen productor se rodea de los mejores en su especialidad. Esto incluye los talentos que dan la cara: los actores, artistas, animadores, cantantes, según las necesidades del proyecto que se está produciendo.
En el equipo de producción debe contar con el mejor director de cámaras o de escena, los mejores camarógrafos, libretistas, iluminadores, sonidistas, editores, artistas gráficos, asistentes de producción, vestuaristas y maquillistas, estilistas, etc., dependiendo del caso. También debe contar con productores de contenido digital y estrategas de medios digitales. Sobre este tema en particular abundaré en un post aparte.

Para montar y mantener un equipo de producción estelar, que siempre esté dispuesto a dar el 100%, el productor tiene que saber emplear la sicología cuando sea necesario. Mantener al equipo unido, enfocado, inspirado y con ánimo de colaborar entre sí, por encima de sus egos personales y por el bien de la producción, es un arte. La presión es mucha. El público merece lo mejor, independientemente de si es un buen día para el artista o no. He sido afortunada en haber contado con un excelente equipo de producción durante muchos años. La cohesión de ese equipo se traducía en la pantalla. Me refiero a cuando producía el programa de TV “ ¿Qué es lo que pasa aquí ?, ¡ah!

¿Quién de ustedes lo recuerda ?

En mi próximo post continuaré el tema de lo que en mi opinión hace a un buen productor.

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